TEATRO
EN ANALISIS 004
Por: Inés Muñoz Aguirre
MAQUIAVELO
ETERNAMENTE
Obra:
Maquiavelo eternamente
Autor:
Fermín Reyna
Actor:
Fermin Reyna
Producción
y dirección: Alid Salazar
El
análisis de El Príncipe de Maquiavelo es la base sobre la cual se estructura un
muy buen texto escrito bajo el tono de sátira política. Una obra dura,
contundente en sus planteamientos maneja la ironía para pasearnos desde el
siglo XIV hasta la actualidad. La obra concebida como un monologo busca
introducirnos en una profunda reflexión sobre los aciertos y desaciertos de los
hombres que manejan el poder y nos acerca a un muy duro planteamiento que tiene
que ver con que si la búsqueda del poder se convierte en la razón de ser, el
hombre se abandona a si mismo y comienza una lucha en la que se hace cada vez
más endeble la línea que separa la cordura de la razón.
El
espacio de la pequeña sala María Teresa Castillo del Ateneo de Caracas, fue muy
bien utilizado por Alid Salazar, directora y productora de la pieza, quien supo
sacar provecho al área destinada a escenario y logró una muy buena ubicación de
los espectadores quienes se introducen sutilmente en el espacio que recorre el
actor. El protagonista de este monologo irrumpe, maleta en mano para hablarnos
de varios siglos que ponen frente a
nuestra mirada un análisis que nos pasea por un continente maltratado por sus
gobernantes. Con el nombre de Maquiavelo este hombre que nos recuerda
físicamente y en sus gestos a nuestro actual Presidente se mueve entre el
chantaje, las promesas y la negociación para sostener el poder de la asociación
a la cual pertenece pero se desdobla para analizar los métodos.
Uno
de los momentos más retadores de la pieza es cuando nos presenta los asistentes
a la reunión de la asociación, y la directora
nos acerca a ellos apoyando la presentación de dichos personajes en la
música que representa a cada país. El momento es duro porque los mandatarios
que se mencionan no son precisamente quienes más hayan contribuido al desarrollo
de sus países. Por el contrario esta presentación nos hace recordar como el
populismo exacerbado a destruido el futuro de nuestros países y como han
llegado al poder hombres que han bailado y cantado sobre una tarima,
confundiendo al posible estadista con el hombre espectáculo, logrando que
prevalezca la necesidad de la risa y del show por encima de la exigencia que
deberíamos planearnos para la escogencia de nuestros gobernantes.
Por
esas mismas causas, en este análisis no puede quedar por fuera el publico que
plenó la sala del Ateneo. Un público que río a carcajadas como que si se
encontraba presenciando la más banal de las comedias. Un punto que también nos
llama a preguntarnos qué tipo de publico hemos ido formando. Es muy valido el
teatro de entretenimiento pero no menos cierto es que el teatro también es una
vía para llamar la atención sobre lo que nos sucede como sociedades. Bien decía
el dramaturgo Bertold Brecht que el teatro es el medio que nos debe permitir
pensar sobre el significado de la historia que nos cuenta. No podemos asumir
frente a una obra como esta que lo que pasa es que los venezolanos estamos
acostumbrados a reírnos de todo lo que nos pasa. No nos quedó duda al finalizar
la obra que cada país tiene los gobernantes que se merece.
Sin
embargo frente a la formalidad visual del escenario, frente al personaje que
comienza con el manejo de las sutilezas para ir evolucionando hacia un
personaje cada vez mas desquiciado también cabe preguntarse si la dirección de
la obra buscaba la risa fácil, a nuestro entender esta no es una obra para
quedarnos en lo superficial, sin embargo en la libre interpretación y análisis
para una propuesta escénica todo es válido, siempre que los principios
escénicos no traicionen los principios de la pieza.
Esta
es una obra que hay que ver, hay que responder ante la alerta que plantea, en
la que pareciera ponerse de manifiesto que el dicho que reza que el hombre es
el único animal capaz de tropezarse más de dos veces con la misma piedra, es el
principio que rige la historia política de la humanidad.
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